Archivos Mensuales: enero 2014
Viyo vuelve por lo que un día fue
A mi padre y a mí nos surgió un nuevo ídolo en 2001. Recién habíamos adquirido un TV a color de apenas 14 pulgadas; un Daewoo que aun me hace llegar la Serie Nacional de Béisbol.
Un chico de 21 años se trepaba en la lomita por el equipo Cuba de pelota para tirar un relevo en la final de la Copa del Mundo contra los yanquis en las lejanas tierras de China Taipéi. Lucía inmenso entre un staff de pitcheo de lujo. En aquella época vestían la camiseta del Cuba verdaderos monstruos: El Cheo Ibar, Maels Rodríguez, José Ariel Contreras, Norge Luís Vera, Pedro Luís Lazo, formaban parte de una película de espanto para los contarios. Lee el resto de esta entrada
El fútbol en Camagüey ya tiene su Mineirão
Si me preguntan por las condiciones de la nueva cancha, que a partir de esta 99 edición del Campeonato Nacional de Fútbol en Cuba, acoge a la selección de Camagüey, resumiría la respuesta en una frase: “La Franquicia de Camaquito se ha mudado para el Estadio Mineirão.”
Y no me refiero precisamente a la emblemática cancha brasilera de Belo Horizonte, para nada. El terreno del municipio de Minas – 30 kilómetros al norte de la principal urbe de la provincia- más allá de las similitudes fonéticas, lo tiene todo para rivalizar en calidad con los predios de Zulueta en Villa Clara, lo más parecido a la grama de Wembley que tenemos en suelo patrio. Lee el resto de esta entrada
¡Tímbrame, tímbrame!
Aun en mi Cuba a varios ciudadanos les queda la resaca mañanera tras dormir con la idea de saberse dueño de un teléfono celular con todas las de la ley. Una “necesidad” muy a la moda, y diseñada para asustar la economía de unos cuantos que veían como un acto puramente ESPECULATIVO el hecho de sacar el aparatico en público, por allá por 2008. Lee el resto de esta entrada
El aché en La Cruz de Julio César
Para darle crédito a lo que escuchaban mis oídos tuve que contrastar varias fuentes. La confirmación me llegó del parte oficial del Ministerio del Interior de mi provincia. Nada podía adquirir mayores matices sensacionalistas que el asalto a Chachá, el ídolo de miles de niños cubanos, especialmente en mi Camagüey donde ya es considerado Hijo Ilustre de la farándula deportiva.
Con la noticia no pensaba en la Serie Mundial de Boxeo, ni en la conquista de las dos coronas universales en los 81 kilogramos. Se me cruzaban en la cabeza una fusión de interrogantes. Mi ser se disfrazó de un Sherlock Holmes frustrado. La vida de Julio César La Cruz estaba en peligro. Lo había alcanzado un tiro. Lee el resto de esta entrada