Al César lo que es del César
Solo el hecho de pensar que España dejó de ser el Mejor Equipo del Mundo-así con mayúsculas- por lo acontecido en la Final de la Copa Confederaciones, es una ignorancia de Lesa Humanidad. Reza un viejo argot deportivo que un equipo no es tan bueno cuando gana, ni tan malo cuando pierde.
Y que conste, en mi post Fútbol con sentimientos compartidos jamás dudé de la capacidad de los brasileros para vencer a la Furia Roja, pero mis modestos pronósticos no auguraron la goleada y el baile futbolístico reservado por los de la canarinha a la escuadra ibérica.
Pero el Scratch le entró con todo. Apagaron el audio del Maracaná, entonces 74 mil gargantas cantaron al unísono el himno en sus últimas estrofas a capella como para olvidar la tragedia de 1950, y los reclamos por un Brasil más justo con menos corrupción. Creo que ahí ganaron el partido.
Justificar la actuación de los ibéricos sería ofender el trabajo de Luís Felipe Scolari, la historia del fútbol brasilero, y desconocer cuando por 90 minutos, un equipo es superior a otro. Admiro ahora más a Del Bosque por las declaraciones tras el partido: “Nada… ellos lo hicieron mejor.”
Hubo dos momentos claves en el encuentro: el tempranero gol de Fred conjugado con las bondades de Arbeloa y Piqué-ninguno está hoy para titular de España- y la acción de rescate y salvamento de David Luiz cuando Pedro tuvo clarísimo el empate. Estas acciones colocaron un factor determinante a merced de la canarinha: la fortaleza psíquica.
Del resto se encargó la NeymarJR Band. Impresionante. Pasaron varios años para volver a ver el Pentacampeón, el del mito del Jogo Bonito. Al parecer hubo un efecto vergüenza, responsabilidad para con una afición de millones de seguidores que portan en su ADN la información de Fútbol.
Las cuestiones tácticas del choque favorecieron al once local; la capacidad de recuperación del doble pivote de contención compuesto por Paulino, pretendido seriamente por el Real Madrid, y Luiz Gustavo, anularon las posibilidades de creación de la Campeona del Mundo. Al niño Torres le quedó poco por hacer ante la marca de Thiago Silva.
Pero España no perdió del todo. Ya sabe que no siempre se puede jugar igual, que de poco le servirá el porcentaje de posición del balón si no se es vertical, y que los esquemas tácticos varían en correspondencia con el contrario. Todo ello no implica precisamente perder la identidad.
La Copa Confederaciones solo resultó un ensayo de lo que se viene en 2014. El Gigante Sudamericano demostró su capacidad organizativa, aunque le queda mucho por mejorar. Ya al menos lanzó su candidatura para coronarse, aunque nunca el ganador de esta Copas se ha logrado titular el año siguiente a la hora de la verdad. Pero no olvidemos que al César…
Publicado el julio 1, 2013 en Uncategorized y etiquetado en Brasil, Brazil, David Luiz, Luiz Gustavo, Madrid, Maracaná, Spain, Thiago Silva, United States. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
Totalemente de acuerdo contigo, hoy fue que pude leer el trabajo. Lo único que en el último párrafo siempre se te va el fanatismo, pero bueno, está bien que lo hagas. Vamos a ver si en el mundial puedes romper la maldición del campeón de la confederaciones….