La noticia que cambió al mundo
“Llegó el gran día”, me escribía eufórico por el chat un colega, mientras me adjuntaba el link, como si se tratase de la Independencia de la República en un archivo de PDF, o una honda parecida.
Y ahí estaba la resolución que por años estábamos esperando: “Política de Remuneración para atletas, entrenadores y especialistas del deporte”.
A mí lo del nombre o la forma en que la llamasen poco me importaba, el contenido era lo trascendente. Ese texto me traía ilusiones, como si hubiese sido partícipe de la victoria en una gran batalla. Y como más vale tarde que nunca. Sí, ya se de las comparaciones. Jamás nos podremos equiparar a las sumas millonarias que reciben los deportistas en Francia, Alemania, Estados Unidos; pero del lobo 100 mil pelos, pues tras cada derrota o victoria de un cubano está el llanto o la alegría de todo un pueblo, que ya en mi opinión estaba sollozando demasiado.
No quiero decir que aquel pelotero que soñaba con jugar en la MLB, con estas nuevas medidas vaya a suplantar sus anhelos; aun estamos bien lejos de reconciliarnos con el aparato gubernamental yanqui. Pero sí serán menos los que partan en lanchas, ante la posibilidad de adherirse a contratos en ligas de Centroamérica e incluso Asia.
Además, ya no seguiremos con las fantasmas licencias deportivas y la afiliación a centros laborales para justificar los ingresos de los miembros del alto rendimiento en esta isla.
Ahora ya dimos un paso hacia la visión profesional lejos de asteriscos y demonios. Entonces cada cuál podrá recoger TODO el fruto de su cosecha, sin tener que estar ahorrando dietas, ni vendiendo laticas de refrescos para sacar algún dinerito extra.
Y ni hablar del beneficio para la economía nacional . Se convertirían los contratos de los representantes de este país en valioso impulso para la propia infraestructura doméstica de toda la actividad del músculo.
Me refiero a escuelas o cualquier otra instalación deportiva. Podríamos incluso autofinanciarnos en un futuro para acoger eventos de mayor envergadura, y postularnos tal vez para unos Juegos Panamericanos… pero tiempo al tiempo.
La idea de cerrarle el paso a la comercialización del deportista una vez afiliado con cualquier organización extranjera me parece muy racional, pues desechar estos elementos mercantiles resulta lo más lógico desde el punto de vista humano.
Nuestros mayores contratiempos estarán en inculcarles a nuestros atletas la cultura del pago del fisco, el aporte a la seguridad social y las regulaciones para representar a su nación en los eventos múltiples.Las cuestiones de los profesionales no solo se enmarcan en recibir un salario por sus servicios; es actuar, pensar y comportarse como tal.
Hasta aquí todo me suena de maravillas. Pero se me antoja aclarar el camino de aquellos quienes “tomaron la justicia por sus mano”. Sí, me refiero a Wilfredo León, Dayron Robles, Yoennis Céspedes…La fila interminable de hombres que jamás renunciaron a su condición de cubano.
Redondeemos tiempos de flexibilidad, reflexión y nuevo orden. En la década de los 90 tuvimos nuestros mejores resultados a nivel internacional, tras el inicio del llamado Periodo Especial. ¿Cómo olvidar la corona en la Liga Mundial de Voleibol, o los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996?
Espero 2014 con nuevos bríos.Cambios radicales, mentalidad más abierta. Si la brújula indica al norte, aferrarse al sur podría ser fatal. Dicen que rectificar es de sabios.
Publicado el septiembre 30, 2013 en Bate en mano y etiquetado en Atlanta, Cuba, Dayron Robles, Estados Unidos, Francia, MLB, Período Especial, Spain. Guarda el enlace permanente. 6 comentarios.
Ya es un paso, auqnue creo que lo que proponen pagar en la serie se recauda un solo dia en el Latino lleno…. es sufuciente? Esperemos que se vaya mejorando poco a poco.
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